sábado, 5 de octubre de 2013

QUE TRATA DE LA VUELTA AL COLE

El lunes empecé las clases de nuevo. Vuelta a la vida estudiantil, vuelta al cole. Este año, al igual que el año pasado, estoy yendo a la Universidad de Alcalá. Para ponernos un poco en situación volveré unos meses al pasado. 

En Junio terminé el máster en formación de profesores de español como lengua extranjera por la ya mencionada Universidad de Alcalá. Al finalizar, nos ofrecieron la posibilidad de cursar el máster en formación de profesores de secundaria, fp y escuelas oficiales de idiomas, convalidándonos prácticamente el 80% de las asignaturas. Ese plan nos pareció, a varios de nosotros, un buen plan, puesto que, por razones burocráticas y sistémicas de nuestro actual y futuro sistema educativo, para poder ser profesores en instituciones educativas regladas tenemos que cursar este máster. Para que todo esto se entienda mejor, volvamos unos años más al pasado. 

Hace unos años, concrétamente, tres o cuatro, en el marco de la búsqueda de una educación estandarizada y acorde a una Europa creciente (o decreciente según se mire) se propuso cambiar el antiguo CAP, un curso de pocos meses de duración (prácticas incluídas) que tenía como objetivo formar y capacitar a los futuros profesores, por un máster de un año en el cual se proponía lo mismo pero peor. Por qué digo: lo mismo pero peor. Porque sin lugar a dudas eso es lo que fue. Alargaron los meses de preparación, para dotar al curso de cierta continuidad y validez y le otorgaron el título de máster, con lo que obtuvo un reconocimiento y por supuesto, subió de precio. Por eso mismo digo que es lo mismo que antes pero más costoso y ocupando el triple de tiempo. 

Volvamos al presente. Por suerte o por desgracia, al finalizar el máster que cursé el año pasado, daban por supuesto que los conocimientos referentes a la lengua y a la literatura, estaban más que asimilados, con lo cual, únicamente tendríamos que cursar aquellas asignaturas propiamente de pedagogía. 

Todo aquel que me conozca más o menos bien, sabrá que esto para mi fue un golpe seco en el estómago, que me hizo toser y toser sangre como un púgil tumbado en la lona pidiéndo clemencia. 

Así que sí, amigos, este año, voy cada lunes hasta el mes de febrero a comerme cuatro horas y media de pedagogía pura y dura. 

Ya os contarán si he muerto en el intento.

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