jueves, 20 de enero de 2011

QUE TRATA DE LA CRÉMAILLÈRE DE MAÑANA EN NUESTRO NUEVO APARTAMENTO

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí en el blog. Estas navidades he estado demasiado ocupado como para poder pasarme por aquí a contaros qué tal estaba yendo todo. Pero bueno, poco a poco, espero ir cogiéndole el ritmo de nuevo.

Hace una semana que llegué a Besançon  y como bien sabréis había alquilado, junto a Pili, un apartamento en el centro de la ciudad, después de no tener mucho éxito con mi primer apartamento. Habíamos quedado con la inmobiliaria que al estar de vuelta en Francia iríamos a buscar las llaves y pagaríamos la mensualidad, así que el día después de mi llegada allí estaba. Como era de esperar, tenía que haber algún problema, y fue que necesitaba que Pili firmara el contrato para poder tener las llaves. Eso no me preocupó mucho, ya que Pili llegaba el día siguiente, así que decidí esperar. Mientras tanto, el hermano isleño del Atlántico, Oscar, me había acogido en su humilde y mágica morada.

El jueves llegó, y con él tenía que llegar también Pili, la cual, como ya he dicho, tenía que firmar el contrato para así poder tener un hogar. La cuestión es que el avión salió y dejó a Pili en tierras malagueñas, con lo que el estrés y el caos se cernieron sobre mí durante unas horas, pensando que hasta el martes próximo (cuando salía el siguiente vuelo Málaga - Basilea) no podría entrar en mi casa. Con suerte, pude enviarle el contrato por mail, el cual firmó y así obtuve las llaves de mi ansiado apartamento.

En una historia normal, esto terminaría aquí, siendo felices, comiendo perdices y demás, pero no. Como ya sabía, en el piso no había ni luz ni gas, así que tuvimos que llamar a los técnicos, que, milagrosamente, no me dieron una cita hasta el lunes. Así que me pasé, prácticamente, una semana en casa de Oscar. Esa semana la verdad es que me lo pasé genial, pero no estaba cómodo porque me sentía un estorbo gigantesco. El sábado aprovechamos para ir a Dijon y comprar los colchones y demás utensilios para el hogar.

Por fin, el lunes llegó y a las 8.30h ya estaba el técnico manos a la obra. En media hora lo tenía todo listo y, por fin, pude decir que tenía un hogar. La noche anterior dormí ya en el piso para no tener que meterme el madrugón y bajar al centro, y Andrés tuvo la suerte de estrenar (en el buen sentido de la palabra) el colchón que habíamos comprado en Ikea.

Así que ya llevo unos días viviendo en nuestro nuevo apartamento y la verdad es que, cada día más, va mejorando. Mañana, como bien veis por el título de la entrada vamos a celebrar la Crémaillère. Como ya he dicho alguna vez, esto es algo así como la inauguración del piso, que sirve de excusa para emborracharse mucho y liarla bastante parda. Ya colgaré las fotos, que seguro que no tienen ningún desperdicio.

Os dejo el flyer que ha hecho Marta para la ocasión.

Saludos!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una frikada el cartel XD pero bueno, te pega XDDDDDDDDDDDDDDDD porque tienes el mismo color que el tresojos ese xD

Bueno, espero que lo disfrutes, tu nuevo piso y... ¿cuando abandonéis el piso, dejaréis allí todo lo que habéis comprado?

Andrés dijo...

Da gusto cómo estreno colchones...jajaja

Kurai dijo...

EL cartel es mu feo xDDDD, pero mola ^^

QUeremos fotos dl piso!

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